Los «genes invasores del exterior» han sido la excusa perfecta para que el zoo de Takagoyama -Japón- matase a 57 macacos
Todo ocurrió el pasado mes de febrero. La dirección del zoo cría que albergaban 164 macacos japoneses puros – Macaca fuscata (más información)-, pero un estudio de ADN reveló que un tercio de la manada era un cruce de este macaco con el mono Rhesus (ver vídeo). Este aspecto debió enfurecer al personal del recinto puesto que el mono Rhesus, especie originaria de la India , está prohibida en Japón. Cabe destacar que esta variedad de la especie es considerada como amenazada por la Unión Internacional para la Conservación (UICN). El macaco japonés vive en el norte del país, en zonas boscosas y montañosas, y son característicos por su cara roja.
Los macacos fueron asesinados con una inyección letal debido a sus genes invasores, es decir, por no ser de raza pura. El responsable del zoo, que ha deseado permanecer en el anonimato en todo momento, aseguró que para proteger al macaco japonés, era necesario tomar esa medida. Según la administración, se celebró una ceremonia budista para que las almas de los monos descansasen en paz. Por su parte, Junkichi Mima, el portavoz en Japón del Fondo Mundial para la Naturaleza aseguró que las especies que portan estos genes invasores son un problema para la especie indígena porque amenaza su ecosistema y hábitat.
Los macacos japoneses son también conocidos como monos de la nieve, una de las especies que son un reclamos turístico en el país. En 1957, el zoo de Takagoyama puso en cautividad a decenas de ejemplares salvajes y comenzó a a alimentarlos. Una primera hipótesis alrededor de cómo llegaron a mezclarse las especies radica en que algunos macacos se debieron escapar del zoo y tuvieron crías con otros monos salvajes del exterior de las instalaciones.