En España contamos con cerca de 400 ejemplares de lince en libertad, una especie protegida por estar en peligro de extinción
Algunos de estos animales cuentan con el seguimiento de su día a día mediante un collar radio emisor. Esto permite que se conozca su situación en todo momento y descubre desgracias como la del pasado enero. Una hembra nacida en el Centro de Cría de Silves, en Portugal, fue hallada muerta por un lazo de caza. Estos lazos- circunferencias de alambre- apresan a los animales evitándoles escapar, provocándoles estrés y haciendo que mueran de inanición.
El pasado lunes otro lince ibérico apareció muerto en la autovía A-4, en Jaén. En 2016, al menos una docena de ejemplares sufrieron este final en nuestras carreteras. Desde el año 2000, han muerto en el Parque Natural de Doñana un total de 57 linces, , 24 de ellos fueron atropellados. Otra de las complicaciones existentes en la vida de los linces según Life-Iberlince –ver web– es la dificultad de conservación (sobre todo en la Sierra Norte de Sevilla) por escasez de conejos. Los conejos son las principales presas de esta especie.
Según WWF –ver web– podemos encontrar esta especie en «Andalucia, Sierra Morena oriental (Ciudad Real), Montes de Toledo, el valle de Matachel en Extremadura y el valle del Guadiana en Portugal». El pasado 2016 nacieron 34 cachorros de lince ibérico en libertad, una cifra muy baja comparada con las crías al año que tienen otras especies similares.