A la tercera va la vencida: eso fue lo que debió pensar Pinky, una cerdita argentina que ha logrado alcanzar su destino. Roxana Barrionuevo rescató a Pinky de una familia que la había adoptado como regalo ara su hija pequeña. La madre, al ver que la cerdita gemía y chillaba cada vez que la niña la cogía, tuvo la idea de regalarla en un grupo de Facebook.
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